POE , MARGINALIA , LXVI
Escribir es rendirse a los desagües,
tratar de exponerse a lo infecto.
No recomiendo a nadie este oficio
(mi rancia biblioteca de prestado
me resarce de hacerlo malamente).
Prefiero saber más de mis maestros,
halagar los dones de unos pocos,
recibir la lección innecesaria.
Sólo regreso, a veces, de visita,
si me lo exigen las formalidades
de un contrato de excepción. Y anoto,
en un cuaderno con mis iniciales,
un poema retórico y banal,
un poema para dar las buenas noches.
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